miércoles, 21 de octubre de 2009

Un músico que da miedo

Hace unos días me metí en una tienda de venta de objetos de segunda mano. Suelo entrar a mirar si encuentro algo que me interese a un precio ridículo. De más está decir que casi siempre lo único que veo son cosas inútiles y más caras que si fueran nuevas.
No fue este el caso. En el sector de DVDs encontré unos cuantos a precios absurdos, algunos de ellos pertenecientes a las colecciones editadas originalmente por diarios, y otras de cine clásico (tres películas por DVD) vendidas anteriormente en kioskos.
Asi fue que compré varios DVDs y en algunos casos ni miré bien qué es lo que había en cada uno. Al llegar a casa me encontré con la novedad de que en uno de ellos estaba la versión original de The Little Shop of Horrors, un más que simpático y divertido bodrio de 1960 dirigido por el inefable Roger Corman, y que con el tiempo se transformó en una película de culto, al punto que en 1986 se hizo una remake del film.


Mi padre tenía la costumbre de mirar televisión hasta que terminaba la programación del día, y yo solía quedarme con él. Una noche anunciaron esa película, La Tienda de los horrores, y me acuerdo que nos reímos bastante con las peripecias de Seymour (me acordaba del nombre) y Audrey, su planta carnívora, así que me dispuse a verla, y lo primero que me sorprendió fue la banda sonora, muy Third Stream, y llamativa para una película Clase B filmada en dos días.



Al segundo apareció la explicación a todo esto: no estaba al tanto de que la banda de sonido estaba a cargo de Fred Katz, un músico por quien siempre tuve una gran admiración. Katz, para quienes no lo identifican, fue el cellista del quinteto de Chico Hamilton sobre todo durante los años '50, pero también es pianista, compositor y antropólogo (ver este otro artículo) y a los 90 años, continúa activo.



Que lo disfruten, y si alguien les quiere regalar una planta carnívora digan que no. Es preferible un ficus. Ocupa menos lugar y cuesta menos mantenerlo.


martes, 6 de octubre de 2009

Gnu Trio en Huesca

El pasado viernes 5 de junio, el Gnu Trío (lo que equivale a decir Marcelo Peralta, Andrés Litwin y un servidor) se presentó en Huesca, en el norte de España, dentro del ciclo de conciertos anuales de la Peña Alegría Laurentina, una asociación cultural que ya lleva muchos años produciendo actividades en la ciudad.
Fue una gran velada en la que, para variar, fuimos recibidos muy bien por la gente del lugar como Eusebio, Jimmy (webmaster y hombre-orquesta) y toda la gente de la Peña. Tocamos en un salón muy amplio (que alguna vez fue un frontón en el que se jugaba Jai-Alai), lo que al principio nos asustó un poco por la acústica que suelen tener estos lugares, pero el desempeño de la gente del sonido fue impecable, tanto en nuestro caso como en el de Kaulakau, el grupo que nos precedió.
Queremos agradecer a todos ellos y también a nuestro amigo Jesús Moreno, que fue quien ofició de nexo para que fuéramos a tocar a su ciudad como parte de la serie de conciertos de presentación de nuestro álbum.
Les dejamos dos videos tomados en ese concierto, India de John Coltrane, y Gnu Stomp, una composición mía.

domingo, 4 de octubre de 2009

Martillo Hammer

En este momento jazzrockero, de reescucha de mucha música de otra época, reafirmo un gusto y una admiración por un músico sobresaliente y un innovador en toda regla.
Jan Hammer nació en Praga en 1948 en una familia de músicos. Empezó a tocar el piano a los cuatro años y fue un niño prodigio. Formado en la música clásica, se interesó luego por el jazz y el 30 de agosto de 1968 (solo diez días después de la invasión de la URSS a su país) grabó en Munich Maliny, Maliny, su primer álbum solista. De ahí se fue a Boston, a estudiar en Berklee, sin intenciones de volver a su tierra.
En sus primeras épocas como profesional en los EEUU destacó su trabajo con la cantante Sarah Vaughan, pero el verdadero salto de Hammer tuvo lugar en 1971, a raíz de su participación en la Mahavishnu Orchestra, en la que tocó no solo sus instrumentos originales (el piano y el órgano) sino los nuevos instrumentos de la época, de los que se transformaría en un gran maestro: el piano eléctrico y el sintetizador, en particular el Minimoog.
Hammer comenzó a hacer un uso extensivo del Minimoog a partir de Birds of Fire, el segundo álbum de la Mahavishnu Orchestra, grabado en 1972, y sus rasgos más importantes fueron, además de un cuidadoso trabajo en la obtención de sonidos y timbres, el uso magistral del pitch-wheel, una rueda situada a la izquierda del teclado y que cumple la función de alterar (en sentido ascendente o descendente) la nota tocada. Cabe aclarar que el Minimoog es un instrumento monofónico, lo que equivale a decir que solo puede producir una nota por vez.
Si a su condición de gran pianista se le suma la de organista, es esta una buena razón para explicar su habilidad para crear timbres sintetizados, pero el uso del pitch-wheel, un recurso de un enorme potencial expresivo, hizo que un sintetizador, en manos de Hammer, tuviera una profundidad impensada, contradiciendo todos los prejuicios en contra de los instrumentos electrónicos.
La Mahavishnu Orchestra se separó a fines de 1973, y a partir de esa época (ya de antes, en rigor de verdad) grabó muchísmos discos en los que se puede apreciar su musicalidad. Algunos de ellos son ya clásicos, como Spectrum, de Billy Cobham, o Like Children, en colaboración con Jerry Goodman (adonde toca también la batería), Wired, con Jeff Beck (con su gran éxito Blue Wind) o Timeless, con John Abercrombie.
Hammer también participó en otros álbumes de la época, menos conocidos pero no por ello menos buenos. Destacan On the Mountain, de Elvin Jones, Some Shapes to Come y Terra Firma de Steve Grossman y Helen 12 Trees de Charlie Mariano.
En cuanto a su carrera solista, después del disco con Goodman, inició una nueva etapa a partir de 1975 con The First Seven Days, basado en la versión bíblica de la creación del mundo. A este álbum, grabado casi en solitario, con la ocasional colaboración del violinista Steve Kindler y el percusionista David Earle Johnson, siguió la formación del Jan Hammer Group, con Kindler, Fernando Saunders al bajo y Tony Smith a la batería. Con ellos grabó el extraordinario Oh Yeah?, después Jeff Beck with the Jan Hammer Group Live y por último Melodies, de 1977, un trabajo más orientado hacia la canción.
A partir de su trabajo siguiente, Black Sheep, grabado casi todo en solitario, Hammer se fue volcando más y más hacia el rock, colaborando con el guitarrista ex-Santana y ex-Journey Neal Schon, entre otros.
El resto es más o menos conocido: a mediados de la dácada del '80, Hammer logró un gran éxito como compositor de la banda de sonido de la serie Miami Vice, y se estableció como algo que, por lo visto, siempre quiso ser, guitarrista de una banda de rock.