domingo, 16 de abril de 2017

Allan


Tuve la suerte de verlo un par de veces. Una en Buenos Aires a mediados de los '90s y otra en Madrid hace poco menos de cinco años. Pero es un viejo conocido desde hace casi 40 años a través de discos como este "Enigmatic Ocean" de Jean-Luc Ponty, que fue el primero en el que lo escuché. Si Holdsworth es "especial" hoy día, imagínense hace 40 años. 
Mi periplo por el "universo Holdsworth" siguió por algunos discos que estaban disponibles en aquellos años en Argentina como "Feels Good to Me" de Bill Bruford, "Bundles" de Soft Machine (fue gracias a Héctor Dengis, que escribía en "Rock Superstar") y los importados "Expresso" (originalmente "Gazeuse", carísimo era) y "Expresso II") de Pierre Moerlen's Gong. Fue recién más adelante, en los '80s, que pude conocer su música. Un concierto en Japón que vi en casa de César Silva, mi amigo y profesor de guitarra. Entonces no era fácil (y menos en Argentina) acceder a videos musicales. No sé cómo apareció esto pero fue una revelación. Nos asombraba escucharlo y lo veíamos y seguíamos perplejos ante la complejidad y originalidad de su música, diferente de cualquier otra cosa que hubiésemos conocido antes.


Holdsworth siempre fue distinto a todo. Leo una cita de John McLaughlin que dice "I recall a concert of Allan in London some years ago, and after the performance I went to see him backstage only to tell him that if I knew what he was doing, I'd steal it!", algo así como "vi a Allan en Londres y fui a verlo a la trastienda sólo para decirle que si supiera qué es lo que hace se lo robaría". Ese nivel era. 

Decía que lo vi dos veces: cuando estuvo en Buenos Aires, mediados de los '90s, bajé con Diego Fischerman a los camarines de la sala IFT de Once para saludarlo y me saludó amablemente pero apesadumbrado. Al tiempo que me daba la mano me pedía disculpas por lo mal que habían tocado. Juro que no me di cuenta. Es más, hay un video de ese concierto y no está nada mal. 

La segunda fue en Madrid en 2012. Apabullante. También me acerqué a saludarlo y me comentó que estaba contento con esa banda (trío con Anthony Crawford y Virgil Donati). Quienes lo conocieron bien saben que lo usual no era esto sino lo otro, su insatisfacción y autocrítica extrema.

Hace poco estuve escuchando su tema "White Line". Usa al principio un hermoso acorde, jónico a más no poder, sólo tres notas (o cuatro si contamos la duplicación del bajo), Ab-Ab-C-Db. Pienso en Borges, que dijo "creo que uno sólo puede enseñar el amor de algo. Yo he enseñado, no literatura inglesa, sino el amor a esa literatura. O mejor dicho, ya que la literatura es virtualmente infinita, el amor a ciertos libros, a ciertas páginas, quizá de ciertos versos."

Será recordado en cada odd meter, en cada voicing con segundas de esos en los que hay que transformar la mano en una tarántula, en cada línea que sale de la atmósfera y se remonta a la estratósfera.

Siempre.

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