miércoles, 23 de diciembre de 2009

Un nuevo caso para la policía del jazz: ¿el free jazz es jazz?



Una nueva entrega de un folletín que promete ser apasionante y que demuestra que no está muerto quien pelea.
Desde los albores de la cultura humana, se han desatado grandes debates.
¿Es el sol el que gira alrededor de la tierra o la tierra alrededor del sol?
¿La tierra es plana o esférica?
Galileo, ¿genio o hereje?
Esta polémica, queridos amigos, llega al jazz. Ya sabemos lo que pasó hace unos días en Sigüenza, cuando un espectador denunció al saxofonista Larry Ochs por no tocar jazz en lo que se supone un festival de jazz. La cosa pasó a mayores, llegando a intervenir la Guardia Civil.
Entre los motivos de la denuncia sobresalía el hecho de que el denunciante consideraba que eso no era jazz sino música contemporánea, la que tenía expresamente prohibida por prescripción médica.
Cuando todo parecía que iba a quedar en la anécdota, entró en escena el trompetista Wynton Marsalis, que desde hace 30 años viene deslumbrando al mundo con su virtuosismo instrumental, pero que de chico quería ser policía. Lo logró una vez terminados sus estudios y ya siendo un famoso ejecutante y reconocido trompetista.
Desde su sitial de poder en el Lincoln Center, y con el ex baterista de free jazz Stanley Crouch como guía espiritual (ventrílocuo según sus detractores), comenzó a desplegar una prédica según la cual se establecían lineamientos y requisitos muy claros para que una música pudiera ser considerada jazz. Mucho quedaba afuera, pero lo que seguía siendo jazz era inmejorable: los conjuntos de Wynton Marsalis o la orquesta del Lincoln Center (dirigida por Wynton Marsalis). Entre los críticos genuinamente jazzísticos destacaban dos: Stanley Crouch y Wynton Marsalis.
Esta postura clara y decidida le generó enemigos también: Julius Hemphill, que habrá creado música extraordinaria pero fue incapaz de hacerse millonario calificó al programa del Lincoln Center como la muerte de la música creativa y a su sostenedor Crouch como un Tío Tom. O Keith Jarrett (que puede dar grandes conciertos pero lo quiero ver animando un cumpleaños), que dijo "detrás de su discurso humilde hay una increíble arrogancia".
El mismísimo Miles Davis fue duro con Marsalis, y dijo "that motherfucker's not sharing a stage with me" (frase de difícil traducción). Al parecer estaba ofuscado porque Marsalis se subió inesperadamente al escenario en medio de una actuación suya en Vancouver en 1986.
Bueno, que lo de Marsalis viene a cuento de que, tras conocer la historia del denunciante de Sigüenza decidió rastrearlo y ponerse en contacto con él para felicitarlo y regalarle toda su discografía (setenta CDs autografiados).
Después de un par de días, apareció Rafael Gilbert, el denunciante de Ochs, deseoso de cobrar la recompensa ofrecida por el Sheriff Wynton. "Decidimos quedarnos para escucharle. Pero a los 10 minutos de empezar yo empecé a ponerme nervioso, muy nervioso. El free jazz es una música que si no te avisan puede irritarte mucho, te pone mal cuerpo" y "Me sentí estafado. Con todo el respeto por los músicos, pero me hicieron daño al oído y a los nervios. Yo lo que reclamo es que en los carteles aclaren si es jazz o no, y ya está. Es como si vas a ver una película de Tarzan y te ponen una de King Kong" asegura Gilbert con gran precisión metafórica.
Todo bien, pero ¿en qué quedamos? Lo de Ochs ¿es música contemporánea o free jazz?
Gilbert debería aclararse. Si es música contemporánea tal como aseguró el Guardia Civil, (serio aspirante a Ministro de Cultura del próximo gobierno de España), Ochs debe ser detenido, los organizadores del festival también (y azotados en la plaza pública) y a Gilbert se le debe hacer un acto de desagravio, se le deben dar los discos de Marsalis y sobre todo, devolver el dinero de la entrada (que es lo único que él quería antes de que se armara semejante lío).
Ahora, si es free jazz, me temo que Gilbert está en problemas, ya que el suyo sería un caso de falso testimonio. El free jazz es jazz, así que no hay derecho al pataleo. Nada de devolverle el dinero de la entrada. Y los discos de Marsalis, que se los den igual, pero a condición de que los escuche todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El chaval del video, supongo que debe ser el telonero oficial de la próxima gira de Marsalis.
saludos, Ricardo.