sábado, 7 de marzo de 2020

McCoy




Conocí a McCoy siendo yo muy joven, 17 o 18 años. Y fue gracias a este disco, "Coltrane Plays the Blues", propiedad de mi querido amigo Enrique Bonetto. El disco entero es genial pero dos temas me atraparon especialmente: "Mr. Day" y Mr. Syms". En ambos toca McCoy y si algo me llamó la atención, además de sus magníficos solos, es su forma de acompañar, su elección de voicings y su sonido. Era más que un buen (o un gran, da igual) pianista. Su manera de tocar acordes impregnaba el sonido total del grupo. Era, a su modo, la contrapartida pianística de Elvin Jones, alguien capaz de tocar con un peso abrumador y al mismo tiempo con una liviandad inédita, generando la plataforma adecuada como para que John Coltrane pudiera explorar nuevas formas de improvisación.

No recuerdo ahora bien cómo fue que descubrí sus discos solistas pero sí me acuerdo de un selecto club de escuchadores del que formaban parte algunos apreciados amigos (José Luis Farace, Néstor Márquez, Luis Tarantino). Fue a mediados de los '80s y los grandes discos Milestone de McCoy ("Supertrios", "4x4", "Fly with the Wind", "Focal Point", "The Greeting", "Together" y alguno más) fueron pasando uno tras otro a engrosar nuestras respectivas cassetecas.

Años más adelante, mediados de los '90s (¿1996 quizás?), me llamó Diego Fischerman para comentarme que iba a entrevistar a McCoy, que había ido a Buenos Aires para tocar con su trío (Avery Sharpe y Aaron Scott), por si lo quería acompañar. Obviamente acepté y ahí estuvimos, almorzando los tres. Era un un hombre alto, corpulento pero su tono de voz era muy bajo y su manera de hablar más bien pausada, como dando siempre lugar a su interlocutor. Esa misma noche, o la siguiente, fue el concierto. Llegué muy justo, cuando estaba empezando el primer tema. Al abrir la puerta salió una estampida de sonido que ya conocía pero nunca había experimentado en persona. Era "The Real McCoy". El que arrasaba con todo si quería pero siempre tenía lugar para escuchar, para acompañar, para mejorar todo lo que tocaba.
Desde ayer estamos un poco más solos pero hasta esa deferencia tuvo, dejar tanta música. Para que no lo extrañemos tanto quizás.

¿Podremos?

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